¿Qué significa tu televisor para ti?

Hoy la televisión no es simplemente un aparato electrónico. Es un escape mental, un compañero nocturno, una pasarela que ofrece una mirada a otros lugares y tiempo, ya sean reales o fabricados. Pero no solo, es, incluso, un dispositivo que ha llegado a representar el hombre moderno, cambiando el curso de la historia durante el siglo pasado.

Ese aparato que nos ha regalado momentos memorables, que nos ha mostrado sucesos que de otra manera jamás hubiéramos visto, evoluciona a un modo vertiginoso para invitarnos a vivir una experiencia totalmente nueva y sobrecogedora y así, seguir transformando nuestros hábitos y percepción de las cosas.

Somos una familia

En México, se habían realizado experimentos en televisión a partir de 1934, pero la puesta en funcionamiento de la primera estación de TV, Canal 5, en la Ciudad de México, tuvo lugar en 1946. El 31 de agosto de 1950 se implantó la televisión comercial y se iniciaron los programas regulares y en 1955 se creó Telesistema mexicano, por la fusión de los tres canales existentes.

El mismo año 50, con pocas semanas de diferencia, se abrieron las transmisiones comerciales en Brasil y Cuba. Mientras, la primera transmisión en la Argentina se realizó en 1951 y República Dominicana hizo lo suyo el 1 de agosto de 1952. Otro de los primeros países en Hispanoamérica, después de México, Brasil, Cuba, Argentina, República Dominicana y Venezuela, en abrir campo a la televisión fue Colombia, que inicia su era televisiva el 13 de junio de 1954, transmitiendo un discurso presidencial, seguido de un programa de variedades. Más tarde les tocó el turno a Uruguay, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Lo cierto es que la televisión se expandió y transformó, convirtiéndose en parte esencial de la familia latinoamericana.

Y es que, a medida que la popularidad de la televisión aumentó y se extendió por todo el mundo, los efectos que tuvo en la gente eran diez veces mayores: no sólo unió pueblos y comunidades, sino que además acercó a naciones enteras. La cobertura de los acontecimientos deportivos, por ejemplo, permitió a los espectadores desarrollar y mantener su identidad cultural y sentido de conexión con los suyos, convirtiendo a dos extraños de una misma nació en hermanos en cualquier lugar del mundo.

Ellos quieren mucho más

Las cosas comenzaron a cambiar a finales de 1990, cuando se hizo posible ver las transmisiones de vídeo y televisión en Internet. El advenimiento de las computadoras portátiles y los teléfonos inteligentes más tarde dio a los espectadores la oportunidad única de ver la televisión en cualquier momento y lugar. Otros sucesos como un cambio de satélite y cable para la transmisión digital y convenientes servicios bajo demanda, ofrecieron al espectador nuevas posibilidades.

Pero los usuarios quieren más, mucho más ahora que una serie de famosos espectáculos están siendo filmados en 4K para gigantescas pantallas semejantes a las que vemos en el cine, capaces de ofrecer experiencias de visión incomparables. En definitiva, ellos quieren algo único, revolucionario, diferente. Y los últimos anuncios realizados muestran que los grandes del negocio están dispuestos a complacerlos.

Un ejemplo es Samsung, que ha irrumpido en el mercado con su SUHD TV, que, con tecnología nano-cristal ofrece mejores colores, profundidad y detalle para una pantalla realmente cinematográfica. Además, ha sabido responder acertadamente a la nueva tendencia de pantallas curvas, capaces de crear una experiencia inmersiva como nunca antes.

Así, mientras algunos espectadores prefieren sus dispositivos de mano para ver sus programas favoritos, otros que antes no eran fanáticos de la televisión se reúnen para compartir y vivir en grande la emoción de un partido a través de pantallas de lujo, con la mejor tecnología. Y no solo esto, la nueva televisión no es simplemente un medio de entretenimiento, sino que es usado como medio de comunicación y un trampolín para establecer debates que de otra manera no existirían. Por ejemplo, los nuevos televisores inteligentes accionados por sistemas como Tizen ofrecen a la familia la oportunidad de hacer más cosas juntos, como jugar juegos o navegar por la web a través de pantallas interactivas personalizadas. A esto se suma el poder de los nuevos televisores de convertirse en un centro de control del Internet de las Cosas: ahora los dispositivos inteligentes y aparatos se controlan fácilmente con un clic del botón ubicado en la pantalla del televisor. Por tanto, los televisores inteligentes y sus capacidades de conectividad están rompiendo constantemente los límites de lo que creíamos posible.

Mientras que los televisores de hoy son más grandes, mejores y más sofisticados, permitiéndole a los consumidores personalizar los contenidos, ser parte de lo que ven y establecer una nueva experiencia, el verdadero valor de la televisión reside en su capacidad de conectar a la gente. Lo cierto es que a pesar de los avances actuales en la tecnología, no hay nada más poderoso que una risa compartida y la televisión es la manera perfecta para crear una experiencia así.

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